Tratado clásico de tipografía: 23 Aplicación de iniciales y parangonación

Letras iniciales. Llámanse letras iniciales las que sirven de comienzo a un párrafo, capítulo, libro, etc. Ordinariamente son letras de adorno y de mayor tamaño que las usadas en el texto.

Las letras iniciales empezaron a usarse en los libros en el siglo XIII. Los amanuenses dejaban los blancos suficientes para las iniciales y ornamentación, que luego eran dibujadas por los crisógrafos, y por último, los iluminadores completaban a uno o varios colores, según requería la ornamentación del libro.

Sus clases. Las iniciales pueden ser sencillas, si carecen de adorno, y orladas, las que lo tienen.
Las iniciales orladas pueden ser floreadas, si el dibujo que las acompaña representa flores; de figura, cuando sus motivos ornamentales reproducen cabezas de animales, dragones, figuras mitológicas, rostros humanos, etc.; historiadas, si se destacan sobre un fondo de paisaje, jardín, escena campestre, etc., relacionado o no con el texto que encabezan.
Las iniciales orladas se emplean en las ediciones de lujo, obras litúrgicas, revistas y en todo impreso al cual se le quiere dar cierta elegancia.

Advertencia general. Para la colocación de toda clase de iniciales, es menester tener presente lo siguiente:
1º. Se suprime el blanco de entrada.
2º. La palabra que lleva la inicial se pone junto a ella sin blanco y de versales o versalitas.
3º. Se acostumbra suprimir siempre el primer signo de interrogación o admiración, aunque los lleve la frase.

Manera de colocar iniciales sencillas. 1º. Cuando la letra inicial no llega a abarcar dos líneas, se alinea en la primera por el pie.
2º. Si la inicial abarca dos o más líneas, se alinea por el pie de la última, de modo que el sobrante de la inicial sobresalga por arriba.
Téngase en cuenta que entre la letra inicial y las demás líneas, a excepción de la primera, debe mediar el espacio de medio cuadratín.
3º. Hay iniciales, tales como la A, F, L, T, V, Y, cuya aplicación, por su estructura particular, puede producir mal efecto por exceso de blancos. En estos casos se hace entrar dentro de la inicial la primera o primeras líneas, suprimiendo blancos. Si lo impidiera el cuerpo de la inicial, será preferible encerrarla entre filetes.

Manera de colocar iniciales orladas. Las iniciales orladas suelen colocarse de manera que la letra (no el adorno) en su parte superior quede alineada con la primera línea del texto. Es indiferente que el adorno de la letra inicial sobresalga de la primera línea o del margen.
Si hubiese perfiles salientes o adornos que se extiendan por la parte inferior, se procurará, para evitar exceso de blanco, que la composición vaya siguiendo el contorno de la ornamentación.
Si el bloque fuera cuadrado o rectangular, y el adorno cubriera la letra, también se haría la alineación por la parte superior del ojo de la inicial, puesto que el objeto principal de la composición ha de ser facilitar la lectura, debiendo considerarse accesorio todo lo referente a ornamentación.
No se puede, sin embargo, dar una regla absoluta porque no siempre las iniciales tienen la altura de un número exacto de líneas; y entonces el buen gusto aconsejará el modo de aplicarlas, particularmente en los trabajos modernos.

Operación de parangonar. A veces en una misma composición hay que combinar tipos de diferentes cuerpos; o del mismo cuerpo, pero de diferentes tamaños de ojo; a esto se llama parangonar.
Antiguamente era ésta una operación muy difícil, porque cada fundición tipográfica lanzaba al mercado tipos de diferente línea; esto hacía que, aun juntando letras de un mismo cuerpo, resultara una línea desigual.
Este inconveniente desapareció con la «Línea Standard» de los Estados Unidos, adoptada en la Conferencia de Patronos fundidores e impresores reunida en Alemania en septiembre de 1905. Desde esta fecha todos los tipos están fundidos a esta «línea standard» o línea normal.
Esto permite reunir caracteres diversos del mismo cuerpo, sin necesidad de regletas suplementarias y conseguir una alineación perfecta.
Asimismo se pueden combinar tipos de diferentes cuerpos, y, con el auxilio de regletas o espacios supletorios, obtener una alineación normal.

Su aplicación. El parangón tiene múltiples aplicaciones, especialmente en la colocación de iniciales, acotaciones, trabajos comerciales, fórmulas matemáticas o químicas, colocación de bigotes, etc.
Para parangonar acotaciones en medio del texto, se alinean los tipos por el pie del ojo, y se suple por ambos lados la diferencia con regletas o espacios.
Para parangonar filetes, bigotes o caracteres, se halla en puntos la diferencia entre su grueso, y el blanco que resulte, se suplirá con regletas, cuadrados o espacios.

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