Erretres es una consultora de identidad y diseño fundada en Madrid por Pablo Rubio Ordás en el año 2002. Erretres desarrolla proyectos para empresas e instituciones como: KPMG, Telefónica, Grupo Barceló, Unicef, La Fábrica, Camper, Vinçon, Museo Nacional del Prado y Museo Thyssen-Bornemisza. El trabajo de Erretres es publicado asiduamente en numerosas publicaciones especializadas del sector y ha recibido numerosos premios. Además, Pablo Rubio es director de arte de la revista Matador, director del Master Intensivo en Diseño Gráfico del Istituto Europeo di Design y asesor en el Master on Visual Communication del Instituto de Empresa.
Su fuerte implicación en proyectos de índole cultural, donde la tipografía juega un papel importante, les otorga un lugar protagonista a la hora de hablar sobre tipografía, su utilización y el papel que esta tiene en todo tipo de comunicación. De cómo en Erretres Diseño se trabaja con la tipografía trata este primer artículo de una serie que pretende ofrecer un interesante fresco de esta disciplina interpretada por los mejores estudios del ámbito hispanoamericano.
1. La realización de un proyecto de comunicación requiere la ejecución de una serie de pasos bien planificados con el objetivo de definir las líneas maestras del mismo. Líneas que se plasman en la imagen final del producto. ¿En que fase de un proyecto vuestro entra la tipografía en escena?
Intentando ser breves: en una primera fase investigamos, en una segunda diseñamos y en una tercera desarrollamos. Cuando investigamos buscamos ideas y referencias que pueden aportar soluciones o líneas de trabajo al proyecto, muchas de estas referencias son tipográficas. En la segunda fase, cuando diseñamos, es donde definimos claramente la tipografía: familia tipográfica, estilos, tamaños, interlíneas, mancha tipográfica, tracking, etc. Y en la tercera fase, la de desarrollo, somos tremendamente cuidadosos con el uso de la tipografía. La mimamos y la disfrutamos. Con lo que podemos decir que la tipografía esta presente desde el principio en un proyecto, aunque es en la fase de diseño donde, después de definir la estructura gráfica, se hace protagonista.
2. La tipografía hace visible la palabra y comunica también con sus formas. ¿Cuál es el papel que otorgáis a la tipografía? ¿Transmitir las ideas a través del texto o también la destináis a forjar la imagen gráfica del proyecto?
Muchos diseñadores, no sólo nosotros, amamos la tipografía sobre todas las cosas. Ponemos por delante tener un proyecto bien diseñado a que éste sea rentable. Con lo que dedicamos mucho tiempo (y el tiempo es dinero) a la tipografía. También es importante, porque es uno de los principales recursos que empleamos para dar identidad a un proyecto. Eso sí, debemos tener presente que el proyecto debe comunicar, resolver el problema y crear valor, independientemente de la calidad del trabajo tipográfico. Si el proyecto falla en lo demás de nada sirve la excelencia tipográfica.
3. Internet está lleno de páginas de fundiciones tipográficas y, a veces, puede dar la sensación de que seleccionar una tipografía puede ser un problema por la enorme oferta disponible. En Erretres Diseño ¿tenéis una “paleta tipográfica” básica o alguna fundición preferida? ¿A dónde soléis acudir en busca de tipografías?
Como elemento de identidad que es, considero que no deberíamos usar una misma tipografía para dos clientes diferentes y, por otro lado, siempre nos gusta resolver un proyecto de maneras diferentes. Las dos cosas nos llevan a explorar dentro de una enorme colección de tipografías que hemos ido acumulando a lo largo de los años. Cientos de familias a las que cada año sumamos unas cuantas más. Me gustan especialmente fundiciones tan consolidadas como Hoefler Type Foundry y Process Type Foundry, sitios más jóvenes como Village o Lineto o diseñadores como Peter Bilak o Gerard Unger. Donde no suelo mirar es en Emigre, T26 o House Industries porque para el tipo de trabajo que hacemos no nos ofrecen muchas soluciones. Una pregunta que me hago a menudo es si tengo bien ordenadas las tipografías. Como en la película High Fidelity, de Stephen Frears, en el que el protagonista se pasa la vida pensando en como ordenar de la manera más óptima su colección de discos. ¿Alfabético, estilos, fundiciones? ¿Tú como las tienes ordenadas?
4. Cada vez se ve más que las grandes empresas al fijar su imagen se han dado cuenta de la necesidad de contar con una “voz propia” esto es, una tipografía exclusiva. Esta posibilidad ¿la contempláis en situaciones concretas? En caso afirmativo ¿con que diseñadores de tipos os gusta trabajar y porqué?
Como elemento básico de la identidad de una marca me parece imprescindible, pero desgraciadamente podemos contar con los dedos de la mano las marcas españolas que tienen una tipografía corporativa propia. Que yo recuerde: Telefónica, BBVA, Ferrovial… A veces nos encontramos con tres argumentos en contra: el coste económico, los plazos de ejecución y tercero, y no menos importante: los clientes intercambian archivos con otras empresas y a veces les cuesta prescindir de las tipografías que tienen instaladas en su sistema operativo Windows. La aplicación estrella de una identidad ahora es el Powerpoint y la firma de mail. Como diseñadores de tipos me gustan mucho Tobias Frere-Jones, Eric Olson, Andreu Balius y Mario Feliciano.
5. La cultura ¿es una letra clásica con remates?
La cultura es un conjunto de vivencias y valores compartidos, pero también es la excelencia en el gusto y muchas veces este gusto esta en los remates. Como diría Mies van der Rohe, Dios está en los detalles.
6. Esa tipografía con la que os sentís seguros, sabéis como funciona en cualquier situación y os proporciona los recursos necesarios (glifos, variantes, etc) para todo tipo de comunicación es…
Si es una sans, a pesar de lo que diga Erik Spiekermann o Robert Bringhurst, me siento muy cómodo con la Helvetica. Es una familia que a veces utilizamos para testear la maqueta o la estructura gráfica y dejamos para más adelante el buscar una sustituta mejor. Si es una serif, me gustan mucho tanto la Mercury como la Chronicle, ambas de Hoefler Type Foundry. Son clásicas pero tienen valores modernos y una cantidad enorme de pesos y estilos.
7. Espacio entre letras, entre palabras, longitud de línea, interlínea, sangría de primera línea, tamaño del tipo, color tipográfico… ¿qué tal os lleváis en Erretres con la microtipografía? Para vosotros ¿es algo irrenunciable, una fuente de disgustos o el placer del tipógrafo?
Yo aprendí a diseñar al revés: maquetando, aprendiendo a valorar el espacio entre letras, la longitud de la líneas, la mancha tipografíca… y después pasé a la composición y a la retícula. Es la primera vez que lo pienso, pero creo que seguramente es la mejor manera de aprender a hacer buen diseño editorial.
Para mi, sin lugar a dudas, es una fuente de placer. La microtipografía, es junto a la retícula, la línea que separa a un buen diseñador editorial de una no tan bueno. Muchas veces analizo trabajos editoriales que se supone tienen una calidad tremenda y me sonrojo de lo mal acabados que están. Tanto en la tipografía como en la retícula, el espacio en blanco es tan importante como el espacio con tinta y un diseñador es tan bueno por lo que hace como por lo que deja de hacer.
8. Habéis realizado una propuesta en la que la tipografía ocupa un papel estelar y es hora de acudir a la historia y al contexto cultural para justificar esa elección ¿Qué lugar ocupa la historia de la tipografía entre vuestras “armas de seducción”?
Es importante poner las cosas en su contexto y siempre es importante buscar conexiones, de nuevo sin ser un extremista. Hace unos años hice la imagen gráfica sobre una exposición basada en el imperio romano y un diseñador me preguntó que porque no había utilizado la tipografía Trajan. La respuesta es doble, por un lado, no puedo utilizar una tipografía que no tiene caja baja, ni cursivas, ni un rango suficiente de estilos como para desarrollar satisfactoriamente un encargo editorial. Por otro lado, sería muy obvio ¿verdad? Diseñamos en el siglo XXI y tenemos que utilizar elementos acordes a nuestra época.
9. Veo un número de Matador y me fijo en el precioso escenario que proporciona para la tipografía, también en las apabullantes fotografías que contrastan con ella. ¿Qué papel interpreta la tipografía en este maravilloso proyecto?
Matador es un gran escenario para la tipografía. Es un proyecto único en el mundo, no solo por su espectacularidad, sino por sus matices y sus anécdotas. Cada número se diseña con una familia tipográfica que no se puede repetir y ésta debe ser una familia de calidad contrastada. A estas normas, le he añadido que no podemos mezclar dos familias en un mismo número, con lo que cada vez que hacemos la revista es un poquito más difícil. En los cinco Matadores que he diseñado he utilizado Helvetica, Walbaum, Clarendon, Futura y Garamond. Jamás había utilizado antes la Walbaum y muchas veces las demás.
En el número de la Futura nos volvimos locos porque queríamos imprimir unos pliegos con tinta mezclada con las cenizas de un muerto, un poeta maldito cuyas cenizas tenía en custodia Miquel Barceló. Al final lo conseguimos.
En el último número, dedicado a Ferran Adrià, quería utilizar la Garamond en referencia a la cocina francesa, y finalmente me decliné por la versión peor diseñada, la ITC Garamond. Menos elegante pero más popular. También es mi homenaje secreto a Apple y Steve Jobs, que murió durante la confección de la revista. Como sabéis, una versión modificada de la ITC Garamond fue tipografía corporativa de Apple durante muchos años.
10. Por último, ¿cual es el trabajo del que os sentís más orgullosos tipográficamente hablando?
Claramente Matador, donde destaco la versión para iPad que hemos diseñado y desarrollado y donde demostramos que la tipografía se puede disfrutar en una pantalla. Estamos esperando la llegada de la pantalla retina display para actualizar y ver como se comporta.
También hay otra serie de proyectos que me gustan mucho tipográficamente como la colección de libros de PHotoEspaña, realizados en Mercury y Haas Unica, las nuevas guías del Museo Thyssen Bornemisza, realizadas en Galaxie Polaris y Galaxie Copernicus, el trabajo para el Museu Lasar Segall de Sao Paolo donde desarrollamos un alfabeto experimental a partir del monograma del museo y la identidad de La Cárcel, una marca tipográfica basada en la Tungsten.