Composición manual, mecánica, fotocomposición, autoedición…
La rápida evolución del sector de las artes gráficas, particularmente a partir del siglo XIX, ha llevado consigo la desaparición y el olvido de las máquinas y herramientas que acompañaron a la imprenta desde sus primeros pasos.
Por fortuna , todavia existen impresores para los que las formas de hacer artesanales, una prensa manual, el relieve creado por la tipografía en la hoja, la intimidad de las pequeñas tiradas y el control de la obra en todos los pasos de su elaboración supone una gran satisfacción personal.
El impresor argentino Patricio Gatti es uno de ellos.
Patricio empezó a interesarse por el mundo de la edición del libro hace unos doce años cuando entra en contacto con el poeta Ricardo E. Molinari y es después de conocer al impresor artesanal Gabriel Rummonds cuando se decide a imprimir con su propia prensa manual.
En la actualidad posee una prensa de tipo Washington, Hogenforst Ideal, fundida en Leipzig sobre un diseño americano de 1820. El tamaño de la platina es de 70×60 cm. aproximadamente con lo que da de sobra para un folio mayor.
Aunque empezó a imprimir con tipos de metal, sus trabajos hoy son compuestos mayormente sobre polímeros lo que le permite una mayor flexibilidad, aunque muchas veces implique tener que rediseñar las versiones digitales de las fuentes para recuperar sus aspectos originales; la tinta que usa está compuesta sobre una base de aceite de lino preferible, para las impresiones cuidadas, a las compuestas sobre base de goma, y el papel que utiliza es un papel elaborado a mano del Molino Magnani. Y para conocer más acerca de la imprenta manual y del proyecto de Patricio Gatti, que mejor que leer la entrevista que amablemente ha concedido a unostiposduros… Patricio Gatti, el placer de imprimir.
«Imprenta Ideal» es la aventura tipográfica de PCG. Contó en sus comienzos, hace aproximadamente 12 años, con la ayuda y el consejo de dos personas de la cultura rioplatense: Ricardo E. Molinari y Daniel E. Martínez. Su trabajo se concentra en la edición de libros y plaquetas «artesanales» de baja tirada. Al principio estas ediciones cortas fueron impresas en el taller de Rubén Lapolla, maestro del oficio gráfico con una larga trayectoria.
¿Qué es lo que motiva a una persona a hacer libros artesanales?
Cada impresor puede tener motivaciones diferentes. Imprimir libros artesanales es una experiencia compleja, riquísima y de alta exigencia. En mi caso hay una gran parte de placer y por otro lado un completo control o responsabilidad sobre el trabajo a hacer.
Una vez un reconocido impresor (a quien respeto mucho) dijo de uno de mis libros que ‘carecía de elegancia’, en ese momento aturdido por el comentario buscaba alrededor a quien echarle la culpa… pero no había nadie. (Felizmente no dijo lo mismo de los que siguieron.) En este oficio, y en parte en eso radica su belleza, uno no es un eslabón del proceso, es la cadena completa… Para colmo los libros, y sobre todos los artesanales, tienen la manía de ser longevos.
¿Cuáles son las técnicas de impresión de los libros artesanales?
Los impresores mas conservadores imprimen tipografía compuesta a mano en máquinas manuales y con papel húmedo.
Muchos libros artesanales llevan ilustraciones originales, algunas de estas ilustraciones pueden ser impresas en el mismo taller de impresión, por ejemplo los grabados en madera que se imprimen en prensas tipográficas; no ocurre lo mismo con los grabados sobre chapa o las litografías que normalmente se imprimen en los talleres de los ilustradores con las herramientas adecuadas. Quien mas me ha enseñado en este aspecto es Richard-Gabriel Rummonds, un prestigioso impresor artesanal que ha revelado todos los secretos del oficio en un importante libro, (o mejor, indispensable…): «Printing on the Iron Handpress». Los libros artesanales tienen algo de «tridimensionalidad», la tipografía en relieve muerde el papel, de forma que la impresión deja de tener dos dimensiones. De los distintos orígenes de ese relieve (tipos móviles, monotipo, linotipo o polímeros) se puede alcanzar una «impresión refinada o cuidada» (fine printing), en todos los casos en un libro artesanal lo menos evidente y lo mas importante es la habilidad del tipógrafo.
¿Qué diferencia hay entre un libro artesanal y un libro de artista?
Este es un tema divertido que siempre trae polémica. Primero tratemos de definir que son los libros artesanales, en mi opinión son aquellos libros hechos por tipógrafos, entendiendo por tipógrafos a las personas formadas en el oficio gráfico, independientemente de cual sea su profesión real. En los libros artesanales hay un especial cuidado en la tipografía y diseño, el papel, las ilustraciones, la encuadernación. El tipógrafo se permite libertades que en las ediciones comerciales los tiempos y recursos hacen imposibles. Estos elementos deben conjugarse para ser el «perfecto» soporte del texto que contienen, que en definitiva es lo que sostiene toda edición. En general los libros artesanales están mucho mas atentos al origen que a la originalidad, si bien todos quieren tener un «toque» distintivo. Gutenberg cuando imprimió su Biblia de 42 líneas intentaba imitar los libros de los escribas, y fue así como su socio Fust tuvo que soportar un juicio y explicar como se hicieron esos libros «tan perfectos» que hasta en distintos ejemplares repetían las mismas imperfecciones. Los grandes impresores del siglo XX no se han apartado tanto de los primeros libros impresos, es así como muchos de los libros hechos por la Oficcina Bodoni o William Morris podrían mezclarse entre «incunables» y sería difícil reconocerlos por un ojo no entrenado. ¿Qué son los libros de artistas? Son aquellos donde el control de la edición sale de la órbita del tipógrafo y pasa a la del artista. Los artistas, en general (y a riesgo de simplificar), tienen una marcada inclinación por la originalidad. ¿Picasso sería tan importante si hubiese pintado lo mismo 20 años después? Cuando un artista incursiona en el mundo del libro muchas veces pasa que no se puede desprender del ejercicio de ser original y en general el resultado es un objeto que esta fuera de la tradición tipográfica. Algo nuevo, algo sin historia, algo que empieza y termina en si mismo. Esto no implica un juicio de valor. El problema aparece cuando se desdibuja desde donde se analiza el objeto. En mi opinión si estamos hablando de libros artesanales el timón debe estar en manos del tipógrafo. Cuando el artista inunda con su intervención aspectos formales del libro este deja de ser tal y ese no es mi terreno. Otro es el caso de artistas que están muy involucrados con la tipografía, o trabajan en una intima comunión con los tipógrafos, los resultados pueden ser muy renovadores. En Argentina me gusta recordar a Libero Badii (escultor y pintor) como un ejemplo de artista y artesano gráfico, o a la familia Colombo con una enorme tradición tipográfica, o en la actualidad Ediciones Dos Amigos, dos ejemplos de imprentas donde tipógrafos y artistas han trabajado y trabajan exitosamente. En Estados Unidos recuerdo como artistas/impresores a Barry Moser o a Leonard Baskin. En Inglaterra iniciando el movimiento de las «private presses» a William Morris o a Eric Gill, o actualmente a Ron King o Graham Williams. En Francia el catalán Louis Jou. Todos ellos artistas/impresores. O en la actualidad el caso de los impresores italianos como Zanella, Corubolo, Castiglioni, y Tallone…
¿Qué te imaginás pueda pasar en el futuro con el libro artesanal?
Si el libro electrónico crece, probablemente el libro comercial vaya perdiendo terreno. Y los ‘inadaptados’ que quieran sentir el erotismo de un libro impreso en las manos encuentren en los libros artesanales ese placer.
¿Qué relación hay entre los impresores y las distintas tipografías?
Muchos de los mas refinados impresores artesanales son los padres de las tipografías que usamos. Desde la popular Times New Roman de Stanley Morison, pasando por la Dante de Giovanni Mardersteig, Centaur de Bruce Rogers, Perpetua y Gill Sans de Eric Gill, Uncial de Victor Hammer, Lutetia o Spectrum de Jan van Krimpen, Deepdene de Frederic Goudy, …Goudy, a quien le debemos buena parte de las re-ediciones de los primeros diseños de tipografías y un poco reforzando la idea de que tipógrafos y impresores están menos preocupados por la originalidad que por el origen, dijo: «Los viejos colegas (refiriéndose a los tipógrafos del Renacimiento) robaron la mayoría de nuestras mejores ideas.»
¿Qué le dirías a alguien que quiere iniciarse en este oficio?
Primero es importante reconocer al genuino destinatario de estos libros: Estos son los bibliófilos. Grupos minúsculos que se encuentra dentro de otros mas grandes que son los coleccionistas en general. A diferencia de los coleccionistas de arte, que son proclives a exhibir sus tesoros a quienes se acerquen, los bibliófilos prefieren la soledad, o a lo sumo la compañía de algún iniciado, para disfrutar de sus hallazgos.
A pesar de ser un positivo crónico tengo la lamentable sensación que los bibliófilos como tal son una raza en vías de extinción (téngase en cuenta que en este momento Argentina no es el lugar mas positivo de la tierra), y aunque esta sensación no sea cierta a los fines del consejo puede seguir siendo valida. Entonces… los libros artesanales son costosos y hacer de su producción una actividad lucrativa, o al menos de la que se pueda vivir, es mucho mas que difícil.
El consejo: Si alguien es un «enfermo terminal» de tipografía. Sólo para esas personas una corta anécdota. En Verona hubo un gran impresor, Franco Riva, sus libros salían bajo el sello Editiones Dominicae, fue un impresor prolífero y cada título es una pequeña maravilla. La mayor parte de su tiempo era director de una biblioteca, parece que no podía vivir lejos de los libros. Los domingos imprimía, de ahí el nombre de su imprenta.
¿Qué busca Imprenta Ideal en sus libros?
Una cuidada elección de textos y «prístinas» impresiones, con todo lo que eso implica. Un compromiso estético. También sería deseable que alguno de los libros de la Imprenta Ideal llegue a ser «importante» en estos términos:
Los libros artesanales son el vehículo ideal para que poetas noveles que no tienen acceso a los sellos editoriales vean publicada su obra.
Entonces «importante» para mi es tener el privilegio de colaborar en la carrera de un autor. Quien imprimió los primeros libros de Borges, Francisco Colombo un gran impresor argentino, hizo algo importante. Algo así como acompañar dignamente el éxito de otro…
Buenos Aires, septiembre de 2001
Algunos links para visitar:
http://letterspace.com/handpress/
http://letterspace.com/handpress/printers.htm
http://www.pennyroyalcaxton.com
http://web.wt.net/~rbertin/pressintermezzo