Introducción (Pantalla 01 de las Reglas básicas)
La idea principal de esta conferencia es la de definir los que, a nuestro juicio, son los puntos claves que tenemos que tener en cuenta en el diseño actual de tipografías.
Para ello partimos de la época, mediados de los 80 del siglo pasado, en la que la aparición del ordenador personal Apple, el lenguaje de descripción de página PostScript y el programa de maquetación PageMaker, posibilitan el salto tecnológico en el sector de las ártes gráficas a la era de la autoedición.
La revolución digital alcanzó de lleno a la tipografía, y es en esta época donde se suele situar la lllamada «democratización» de la tipografía. A partir de este momento cualquier usuario de ordenador tenía a su alcance la posibilidad de usar las letras a su antojo: escalarlas, rotarlas, cambiar su grosor, distorsionarlas y situarlas en la página sin ningún tipo de limitación.
Estas facilidades tecnológicas, así como la aparición de un estilo de diseño gráfico caracterizado por la exploración de las posibilidades expresivas de la tipografía, dió quizás la impresión de que era una perdida de tiempo echar la vista atrás, a la historia de la tipografía
El pasado existe (Pantalla 02 de las Reglas básicas)
Pero bueno, si la historia de la tipografía tiene más de 500 años es lógico suponer que alguna enseñanza podemos sacar de ella, máxime si nuestra intención es crear tipografías que den la talla en trabajos normales de edición como pueden ser periódicos, revistas, libros, etc.
Para la creación de esta clase de tipografías son de mucho provecho las lecciones del pasado; unas lecciones que, no obstante, tienes que buscar detenidamente ya que no son muchos los textos técnicos que cubren este tema, aún incluso ahora en la actualidad.
La relación entre el blanco y el negro (Pantalla 03 de las Reglas básicas)
Se trata con seguridad del primer concepto básico que debemos entender acerca de la creación de tipos. Las letras son un juego entre el blanco y el negro y ambos forman una unidad; entre el negro de los trazos de la letra y el blanco de sus espacios internos y externos; entre la forma y su contraforma.
Si introduzco un cambio en alguno de ellos, el otro también lo hace. La relación que mantienen provoca que un cambio en la forma (negro), afecte a la contraforma (blanco) de manera que si uno aumenta el otro disminuye y viceversa.
Forma y contraforma (Pantalla 04 de las Reglas básicas)
En esta pantalla se muestra claramente el concepto anterior; cada letra está formada por su propio trazo y por el espacio interno y el que la rodea.
Cuando componemos un texto, la clave para que una letra y una palabra sea percibidas con total nitidez y claridad, depende del equilibrio entre los espacios internos de las letras y los que las rodean. Cuanto más igualados sean estos espacios, mejor resultados obtendremos.
El diseñador tipográfico debe prestar especial atención a la configuración de estos espacios.
Espacio interno Vs. externo (Pantalla 05 de las Reglas básicas)
Vamos a verlo más claramente en estos ejemplos basados en los que nos muestra el diseñador holandés Fred Smeijers en su libro Counterpunch, un libro que nunca nos cansamos de recomendar.
En la palabra superior, el espacio interno de la n es demasiado pequeño en relación con el espacio interno de los otros caracteres y el espacio entre estos. Vemos en la imagen de la palabra que algo no va bien.
Una manera de mejorarla, sería la que aparece en la palabra inmediatamente inferior. Hemos agrandado el espacio interno de la n y vemos que los espacios internos y externos están igualados.
Aunque también podríamos pensar que el espacio interno de la m de la primera palabra es demasiado amplio en comparación con el de la n.
En la palabra inferior al mismo tiempo que ajustamos el espacio interno de la m al de la n, ajustamos también el espacio entre los caracteres.
Esta es la clave para una buena configuración de un texto o palabra. Igualar ópticamente el espacio interno de los caracteres con el espacio entre estos, y, por supuesto, una uniformidad de los trazos que los componen.
Vamos a ver que ocurre si no respetamos esto.
La importancia de un espacio regular (Pantallas 06 a 08 de las Reglas básicas)
Fijaros en el texto de la pantalla 6: la contraforma de los caracteres así como el espacio entre ellos difiere constantemente. La lectura se nos hace complicada
En el texto de la pantalla 7 a primera vista se ve algo mejor; los espacios internos de los caracteres y el grosor de los trazos están igualados. La lectura sigue presentando ciertas dificultades.
En el texto de la pantalla 8 todos los espacios están igualados y la facilidad de lectura es óptima.
Esto demuestra que si queremos hacer que un texto sea legible, o ilegible, debemos tener en cuenta la propia naturaleza de nuestra percepción visual y esto no son unas normas arbitrarias sino de experiencia acumulada a lo largo del tiempo.
La teoría del vaso de agua (Pantalla 09 de las Reglas básicas)
Y aquí vemos la teoría del vaso de agua para entender de manera gráfica el concepto de un correcto espaciado:
Imaginaros que tenéis un vaso de agua y que lo podéis verter en el espacio existente entre los caracteres y dentro de los espacios internos de estos.
Pues bien, el mismo volumen de agua que cabe en el espacio interno de la letra H nos tiene que servir para llenar el espacio existente entre la letra H y la O.
Esto es, igualamos los espacios ópticos internos y externos con el mismo volumen de espacio.
Correspondencia entre espacios internos y externos (Pantalla 10 de las Reglas básicas)
Y, por supuesto, como estamos igualando espacios, a unas letras de contraformas amplias les corresponden unos espacios entre ellas también amplios.
Y a unas letras de contraformas pequeñas, les corresponden a su vez un espaciado pequeño.
Así conseguimos que la imagen visual de la palabra quede perfectamente definida.
Igualamos espacios no distancias (Pantalla 11 de las Reglas básicas)
En definitiva, estamos trabajando con espacios y no con distancias. Las distancias entre las letras son diferentes, pero el espacio óptico entre ellas está igualado.
Queremos hacer hincapié en esto porque es la puerta de entrada a la tipografía; cuando logramos fijar la idea del espacio en la tipografía de pronto empezaremos a ver formas, espacios, huecos excesivos o insuficientes donde antes veíamos palabras, nos fijaremos antes en sus espacios que en el propio significado de la palabra y esto es una buena noticia ya que es la prueba de que hemos conseguido desarrollar el ojo del tipógrafo.
Efectos ópticos: Las formas básicas (Pantalla 12 de las Reglas básicas)
La fisiología de la visión también es muy importante a la hora de diseñar una tipografía. Una relación de contrastes tan acusados como la que forman las letras y el soporte donde están impresas, es un campo abonado para la aparición de algunas ilusiones ópticas que deberemos tener en cuenta, ya que al igual que otras figuras bidimensionales que son percibidas por nuestra vista, también las letras están sujetas a leyes ópticas. Por esto, para el examen de las cualidades formales de un diseño tipográfico no son determinantes los instrumentos de medida, sino el juicio del ojo humano.
Para empezar, vamos a fijarnos en las formas básicas. Teniendo el mismo tamaño, los círculos y los triángulos parecen más pequeños que el rectángulo. Para que parezcan iguales, hay que trazar los vértices y las curvas un poco por encima y por debajo respectivamente de las alineaciones superior e inferior. En tipografía esto afecta a las letras que presentan vértices o curvas en sus trazos superiores e inferiores, así como en el espacio delimitado por el ojo medio (altura X).
Efectos ópticos: La línea Gromenauer (Pantalla 13 de las Reglas básicas)
Con el fin de ajustar los vértices y las curvas en nuestro diseño, debemos añadir unas nuevas guías en la plantilla donde los ajustamos. Estas líneas en el mundo anglosajón se conocen por overshots y queda muy bien y muy concreto, aquí en España nosotros no conocemos un término con el que designarlas: Así que nos hemos permitido buscar en la historia y hemos rescatado el nombre del tipógrafo alemán Maximiliam Gromenauer, que ya a principios del siglo XIX investigó sobre las ilusiones ópticas en el diseño de tipos, para bautizar a estas líneas con su ilustre apellido.
Efectos ópticos: La proporción de las contraformas (Pantalla 14 de las Reglas básicas)
La exacta bisección geométrica horizontal de una superficie da como resultado una mitad superior que parece, ópticamente, más grande que la inferior. Resultarán dos partes iguales al ojo, si se realiza la división horizontal por encima del centro geométrico, o sea, en el llamado centro óptico.
Este principio lo podemos aplicar a los blancos internos de las letras que posean en su estructura una división horizontal de espacios similares (B, E, S, X). En estos casos, la contraforma superior deberá ser un poco más pequeña que la inferior.
Efectos ópticos: El grosor de las líneas (Pantallas 15 a 17 de las Reglas básicas)
Siendo las líneas de un mismo grosor, las horizontales parecen más anchas que las verticales, como se muestra en la pantalla 15.
Para conseguir astas y brazos horizontales que parezcan ópticamente de la misma anchura (pantalla 16), su grosor debe de ser inferior a la de las verticales. Este caso se nos presenta en todas las letras que contengan trazos verticales y horizontales (E, F, L, T, H)
Este principio no solo afecta a las formas rectas sino también a las curvas (pantalla 17), que tienen que ser en su punto horizontal más ancho, de un grosor superior al de las correspondientes verticales (B, C, D, G, P, R, S).
Efectos ópticos: Ajuste de los círculos (Pantalla 18 de las Reglas básicas)
Asimismo, en las letras con formas circulares (O, Q) y al objeto de evitar que las mismas parezcan más anchas que altas, debemos evitar configurarlas como un círculo perfecto.
Efectos ópticos: Los nudos ópticos (Pantalla 19 de las Reglas básicas)
En esta imagen se aprecia como en una serie de cuadrados negros aparecen zonas o manchas grises entre las intersecciones de cada cuadrado. Este efecto es debido a que el valor luminoso que desprenden los cuadrados tiende a prolongarse virtualmente.
Efectos ópticos: Corrección de los nudos ópticos (Pantalla 20 de las Reglas básicas)
Al coincidir líneas curvas con rectas o con otras curvas, así como dos líneas oblicuas se producen nudos, es decir, una forma no homogénea en cuanto a su regularidad en el color, a no ser que sea corregido.
Para solucionar esto es necesario estrechar los trazos en los puntos de conjunción, e incluso disminuir el grosor del asta.
Proporción: La importancia del ojo medio (Pantallas 21 a 22 de las Reglas básicas)
El ojo medio (altura X) es, dentro de las proporciones generales de una tipografía, la más importante y donde debemos centrar nuestros esfuerzos de diseño.
Es la zona de la letra que nos va a definir el aspecto general y el rendimiento de la tipografía cuando compongamos textos con ella.
Con un ojo medio proporcionado nos aseguramos una buena legibilidad en tamaños de texto y, por extensión, unos ascendentes y descendentes equilibrados.
En la pantalla 21 aparecen además las líneas Gromenauer que nos ayudan en la creación de las correcciones ópticas.
En la pantalla 22 podemos comprobar como afecta la configuración del ojo medio en unas tipografías con el mismo tamaño en puntos.
Por extensión, comentar que una tipografía con un ojo medio elevado necesita en su composición un mayor interlineado que otra con un ojo medio pequeño.
La escala: Los detalles y su contexto (Pantalla 23 de las Reglas básicas)
Mientras diseñamos una tipografía trabajamos a una escala muy grande ajustando curvas, remates, etc. Es muy importante revisar todas las soluciones adoptadas a la escala real en la que el tipo va a ser utilizado, ya que si no hacemos esto es posible que nos llevemos más de una sorpresa. Puede que lo que vemos bien en la pantalla del ordenador a una escala del 400%, en un texto compuesto a 10 puntos sea una mancha indefinida. La solución es chequear cada modificación que realizemos.
La revisión de los clásicos: Pradell, un buen ejemplo (Pantalla 24 de las Reglas básicas)
La familia Pradell realizada por el diseñador catalán Andreu Balius, es un ejemplo de como recuperar e interpretar en clave actual una tipografía singular a la vez que el trabajo de investigación llevado a cabo para su creación constituye un valor añadido ya que nos muestra la tipografía en su contexto original, algo que la dota de una fuerte personalidad.
La manera que tiene Andreu de incorporar la historia de la tipografía en sus diseños es el camino a seguir.
La revisión de los clásicos: Andralis y W. A. Dwiggins (Pantalla 25 de las Reglas básicas)
En este ejemplo vemos como una solución de diseño realizada por William Addison Dwiggins (un diseñador que desarrolló su carrera profesional durante la primera mitad del siglo XX en Linotype), es incorporada de manera magistral por el diseñador argentino Rubén Fontana en su tipo Andralis.
La fórmula-M de Dwiggins era una técnica específica desarrollada para mejorar la legibilidad de los tipos en cuerpos pequeños.
Consistía en realzar las características distintivas de las letras para facilitar su legibilidad, engañando al ojo haciéndole ver curvas que no existen aplicando unos trazos de fuertes ángulos en su lugar. Su mayor rendimiento se obtenía en tipos de tamaño por debajo de los siete puntos.
Rubén Fontana realizó en el tipo Andralis un trabajo de investigación ejemplar que demuestra que los conocimientos y soluciones adoptadas en el pasado son perfectamente asumibles por el diseño digital actual.
Resumen y consejos (Pantalla 26 de las Reglas básicas)
Esta pantalla contiene de manera resumida los puntos desarrollados en la presentación.
El proceso de digitalización (Fichero Offf_fontographer)
Las pantallas siguientes muestran las operaciones básicas que tendremos que llevar a cabo para la digitalización de una tipografía utilizando el programa Fontographer.
Se trata de una visión general y autoexplicativa por lo que pensamos que no hace falta detallar el contenido de cada pantalla.
No obstante, os recordamos que tenemos también a vuestra disposición un taller de tipografía digital donde podéis profundizar sobre el tema.
Conferencia impartida en el Festival Offf 05 Barcelona
por Pep Patau y José Ramón Penela