El diseño de tipos: una experiencia dulce y severa

Alaia

Durante años, mi único objetivo ha sido comprender la lógica de la forma de los caracteres, practicando caligrafía y lettering, para poder emprender la tarea de diseñar un tipo. En 2016, al fin sentí que debía hacer la maleta cada viernes durante unos meses e ir a Madrid a confirmar mi vocación tipográfica. En este sentido, mi experiencia como alumna del curso «Diseño de Tipografía Digital», impartido por Unos Tipos Duros y Academia Plómez ha sido extraordinaria, todo un descubrimiento, un encuentro con el conocimiento que necesitaba. La historia de este proceso de aprendizaje ha desembocado en un nombre, Alaia, que significa «alegre, risueño, valiente». Esta tipografía nació en Bilbao y Madrid, pero también en el trayecto en autobús y creció rodeada de mucha sabiduría, en un ambiente inmejorable: la Quinta del Sordo.

1.Especimen

Espécimen de Alaia.

 

El curso fue realmente intenso; tan enriquecedor como agotador. Desde el primer día, Ramón Penela nos ilustró y nos dejó boquiabiertos con sus fabulosas clases de Cultura Tipográfica. Esos contenidos eran los fundamentos en los que se sustenta el conocimiento tipográfico. Con Juanjo López asimilamos las competencias técnicas sobre vectorización, sistematización y espaciado, con programas de edición de fuentes. Nos centramos en un programa que era muy intuitivo y que permitía conocer y testar a cada paso el conjunto de signos como sistema y los detalles específicos de cada glifo. Y aunque no abandoné en ningún momento el bocetado con lápiz y papel, el ordenador se convirtió en un fiel compañero (el que hace que todo, o nada, funcione). Roberto Gamonal y Vero Gorri nos pusieron en contacto con los tipos de plomo y sus hermosas texturas, lo que nos permitió abordar aspectos tan relevantes como el espaciado o el color tipográfico. No podía faltar la práctica de la caligrafía, trabajo que llevamos a cabo de la mano de José María Passalacqua. Con él estudiamos el mecanismo y el orden de los trazos de caligrafías históricas elegidas a conciencia para entender el origen de las formas de las letras. Observando los trazos del pincel de Iván Castro, comenzamos a comprender el proceso del lettering. ¡Imposible para mí disfrutar más durante esos dos fines de semana!

Estos contenidos imprescindibles aplicados a una idea naciente fueron desarrollados, corregidos y refinados por cada alumno con Andreu Balius, que recogió cada brief y logró que todos perfiláramos nuestra propia tipografía ¡Que no era poco!. Aquí debo hacer un inciso importante. Conocí a Andreu hace doce años, en una conferencia que impartió en Bilbao a la que me llevó Elena González Miranda (que reconoció sus genes tipográficos en mí). Andreu habló de su apasionada afiliación al universo del diseño de tipos y mostró sus primeras fuentes con el proyecto García Fonts; he de decir que me quedé fascinada. Su mensaje permaneció latente, aflorando de manera espontánea cada vez con mayor firmeza. Más tarde, Carmen, esa magnífica didona, me acompañaría en la pared durante muchos años. Y, por fin, Balius sería mi guía en el proyecto Alaia.

El primer día de clase llegué con un reto personal, aprovechar al máximo el saber y la experiencia de todos los profesionales que me rodeaban y plantear una tipografía para texto. No obstante, el diseño de tipos comienza con una particular cruzada de premisas y decisiones basadas en preguntas, que definen lo que quieres hacer en el planteamiento o brief. Aunque para encauzar bien el trabajo también tenemos que saber cuánto sabemos y cuánto nos queda por saber; y proponernos un trabajo discreto pero viable. ¿Cuál será la finalidad de mi tipografía?, ¿para que se usará?, ¿en qué soporte?, ¿qué referentes la sustentarán?, ¿qué la caracterizará?, ¿cuáles serán sus marcadores de identidad?… Alaia tenía que ser una fuente con serifa para texto impreso en cuerpos pequeños que evocara mi lugar de origen. Por tanto, había llegado el momento de estudiar a fondo las cualidades de las fuentes para lectura, con una altura de x generosa, caracteres bien diferenciados y contraste medio; pero, sobre todo, sin elementos que nos distraigan a la hora de leer. Sin embargo, mis primeros bocetos eran un cúmulo de gestos, desproporciones e impulsos, que de una manera dispersa, recordaban al País Vasco.

2.PrimerosBocetos

Bocetos preliminares de la fuente.

 

Y aquí es donde el curso tuvo su momento más delicado. Volví al inicio, al esqueleto, a la caligrafía, incluso retrocediendo hasta las capitales romanas; realicé bocetos y más bocetos buscando inspiración, con revisiones y más revisiones en grupo, con Andreu, concentrada en no salirme de los límites y apostar por la legibilidad.

3.BocetosPincel

Nuevos bocetos realizados con pincel sobre tela.

 

4.BocetosNuevos

Nuevos bocetos a mano alzada.

 

Alaia es una fuente de carácter humanista que busca la armonía de las tipografías para texto. Además, cuenta con diferentes elementos que evocan algunos rasgos de mi herencia gráfica y que le aportan identidad. Estas referencias conviven en los signos de manera sutil, buscando la delicadeza y la armonía en las formas, en contraposición con una personalidad fuerte y sobria. Tiene unas serifas robustas y asimétricas que generan una línea de base muy marcada, como un bosque de astas con raíces fuertes, ligadas a la tierra. Como peculiaridad, cuenta con ligaduras propias del euskera (tz, tx y ts) y algunos glifos alternativos inspirados en diferentes vías de documentación en referencia a la «grafía vasca».

5.RasgosEsenciales

Rasgos esenciales de Alaia.

 

Estos parámetros se repiten en las versiones itálica y bold, ya que todas las variables tienen que entenderse entre sí. Alaia Regular ha sido sin duda el plato fuerte, el origen de todo, el detonante; pero la versión itálica ha sido para mí la cara dulce y amable de este proceso de aprendizaje. Con la versión itálica he estado más conectada y entusiasmada, con mi conciencia caligráfica trabajando sin tregua.

6.BocetosItalica

Bocetos para la versión itálica.

 

7.EstructuraTexto

Coordinación de las líneas estructurales de Alaia y comportamiento de las versiones Regular e Italic en un párrafo.

 

La lista de preguntas y de cambios, aciertos y tropiezos puede tornarse infinita cuando se trata de la primera experiencia. Además, cuando no sabemos, cuesta poner el punto y final. En nuestro caso, el «hasta aquí», lo puso la fecha de presentación, el 9 de julio de 2016. La verdad es que, aunque queda mucho por hacer y aprender, estoy muy satisfecha con el resultado. Ahora que el curso ha terminado, podría arriesgarme con ligaduras, signos icónicos, versiones display, detalles para ser percibidos en grande o florituras (aprovecho la ocasión para declararme una fan acérrima de las florituras).

Como conclusión, me gustaría decir que cuando se emprende la intrépida y perseverante tarea de diseñar una tipografía, se hace con la valentía y la temeridad que a veces da la ignorancia. Con esta energía, se piensa que se puede realizar un aportación que marque la diferencia. La consecuencia de este proceder tipo-ego-céntrico no suele ser otro que la necesidad de retornar al inicio y empezar desde cero. De este modo, se aprende de los errores, el paso se hace más lento pero seguro y a menudo se busca compañeros de viaje dispuestos a compartir conocimientos. En este curso he tenido la enorme suerte de contar con referentes sólidos y con los excelentes profesores y compañeros que necesitaba. Y lo que es más importante, ahora siento que he adquirido la base y las competencias técnicas. He aprendido a analizar un signo, a conectarlo con la historia y a percibir errores. Ahora puedo terminar esta familia de antecesores, padres, hermanos y primos; con sus apellidos, fisonomías, rarezas y extravagancias. Muy pronto me sumergiré de nuevo en los «inescrutables caminos» de la Tipografía. No puedo estar más agradecida por este tiempo compartido, y con Alaia, que espera paciente nuevos glifos y atenciones.

8.gracias

 

 

Tania Quindós (Bilbao, 1986) se licenció en Bellas artes en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), donde se especializó en Diseño Gráfico. En junio de 2015 obtuvo el título de Doctora con la Tesis “Procesos de creación simbiótica entre pictogramas y tipografía”. Actualmente se dedica a la docencia y realiza proyectos personales en los que conviven y confluyen los territorios de la tipografía, el lettering, la caligrafía y la poesía visual.