Los genios siempre nos enseñan algo. Ricard Giralt-Miracle (Barcelona 1911-1994) fue el pionero del diseño gráfico español del siglo XX y en su extensa obra todos los que amamos el diseño seguro que hemos encontrado alguna idea, reflexión o camino que explorar.
En este precioso libro editado por la Editorial Campgráfic en una edición limitada de 500 ejemplares, el tipógrafo y diseñador gráfico Andreu Balius nos presenta una recopilación de las letras creadas por Giralt-Miracle que unidas una a una, conforman un alfabeto imaginario que toma carta de naturaleza en unas bellas páginas con unos caracteres llenos de expresión y que separadas del contexto de las obras en las que aparecen, nos muestra un creador que comprende la naturaleza de la letra, su composición y funcionamiento, sus formas y sus contraformas dejando testigo de la sensibilidad de Ricard hacia las mismas. Todo un lujo.
En su presentación Andreu nos aclara la naturaleza de su iniciativa:
Este es un alfabeto imaginario, fruto de la imaginación. Un alfabeto que, aunque no fuera concebido como tal, recopila toda la variedad de recursos utilizados por Ricard Giralt-Miracle: el grabado, el dibujo, la viñeta, el ornamento, el collage…
Un alfabeto que él mismo fue creando, poco a poco, a lo largo de su trayectoria como impresor y grafista, y que incorporó en muchos de sus proyectos como pequeñas piezas de orfebrería. Un alfabeto que se encuentra escondido entre los pliegos de un libro, el inicio de un
párrafo, el dorso de un papel de carta o encabezando la primera palabra de un verso.
Son formas que sugieren letras, letras que sugieren formas. Filigranas en forma de letra. Una letra como un ramo de rosas. Un bordado de encaje que regala sensualidad a la inclinación de una Y griega. Un garabato espontáneo que da vida a una G redonda. Una fachada
renacentista que aporta carácter «humanista» a una letra P solitaria…
Este es un trabajo de homenaje, una recopilación de algunas de las letras que Ricard Giralt-Miracle «sembró» en sus trabajos gráficos y que constituyen un jardín lleno de poesía y color.
Andreu Balius