A menudo se habla , sobre todo entre docentes, del concepto de diseño y de su definición. ¿Qué es el diseño? es una pregunta habitual en cualquier curso preliminar para diseñadores. Se opta por definir el sustantivo y se obvia, la acción de diseñar; el verbo. Discutimos sobre el significado de la palabra, sus relaciones y diferencias con otras palabras tan abstractas y artificiales como esta, y de estas discusiones lingüisticas se hacen ponencias, congresos y otros festejos.
Si la distinción entre diseñar y diseño parece baladí, basta trasladar la cuestión a otros conceptos para ver la importancia de su diferencia. El arte, por ejemplo, no tiene verbo. Arte solo funciona como sustantivo o adjetivo, pero no es una acción, a menos que la inventemos. Por si acaso propongo los derechos de autor sobre la palabra Artar : Acción de hacer Arte.
En la realidad, como adjetivo o sustantivo cualquier acción es subceptible de ser arte. Cocinar, pintar, escribir, actuar, cantar, diseñar inclusive, pero no son magnitudes comparables. Otras profesiones tampoco tienen su verbo. Medicina, Arquitectura, Ingeniería, Botánica y tantas otras, necesitan anteponer el verbo ser o hacer para definir al profesional que las ejerce.
Diseñar aparece como una forma de acción reflexiva y conformadora, aplicable a muchas profesiones y actividades, entre ellas a todas las nombradas. Esta diferencia, sustancial, motiva este escrito. Es en el acto de diseñar donde reside la esencia de la profesión y de su enseñanza, no en el sustantivo diseño y menos en los adjetivos que se le suelen añadir.
Es así que la pregunta que planteo a mis alumnos es: ¿Qué es diseñar? y además todas las que inmediatamente se plantean ¿Qué sentido tiene diseñar?, ¿Donde dirigirimos la mirada para conformar el mundo? ¿ Donde nos queremos dirigir individualmente y socialmente? ¿Es posible aprender diseño o diseñar sin hacerse estas preguntas y muchas más sobre el propio acto de diseñar?
Los adjetivos no tienen tanta importancia; se darán por añadidura.
José María Ribagorda