En el año 2003, en Talcahuano, Miguel Hernández comienza a dar los primeros pasos de lo que sería un largo camino en la disciplina tipográfica. Desde allí, empieza a comercializar sus fuentes píxel, inspirado por el trabajo de Susan Kare y las culturas precolombinas de Latinoamérica, en la extinta fundición Atomic Media y luego en Ultrafonts, con lo que resulta ser el primer chileno en cotizar sus fuentes en el extranjero. A través de su amigo Cristián González, Miguel conoce a Luciano Vergara en Concepción. Luciano, por su parte, con base en Santa Juana en el año 2005 y luego de cursar el Diplomado en Diseño de Tipografías de la Pontificia Universidad Católica de Chile, comienza a distribuir sus primeras fuentes display y para pantalla en la fundición T26.
En el año 2008, Luciano y Miguel deciden unir sus fuerzas y trabajar por un proyecto más ambicioso, que en ese momento tenía la finalidad de distribuir tipografía directamente desde Chile, de forma autónoma. Bajo esta consigna crean Latinotype, la primera fundición tipográfica chilena que logró posicionarse dentro del incipiente mercado de fundidoras latinoamericanas y crear conciencia en Chile acerca de la necesidad de profesionalizar la disciplina a través de la venta de licencias tipográficas de bajo costo.
En el 2010, después de un tiempo recorrido, Latinotype se reorganiza e integra a su equipo a Daniel Hernández, quien, con residencia en Maipú, después de haber pasado por el diseño de fuentes píxel en el año 2006, distribuía desde el 2010 sus fuentes a través de la fundición argentina Sudtipos. Los tres deciden dar un nuevo aire a la fundición y potenciar las ventas a nivel global. Es así como, a partir del año 2011, Latinotype cuenta con un catálogo de 16 fuentes, 3 familias display y una familia de texto. En un año, Latinotype ha logrado incorporar sus productos a 5 fundiciones, en las que sus fuentes obtienen excelentes resultados.
Para mayor información pueden visitar el sitio www.latinotype.com