Taller de tipografía digital. 6 El correcto espaciado de las letras

Introducción e índice del taller

Jan Tschichold uno de los grandes tipógrafos del siglo XX publicó en 1952 (Meisterbuch der Schrift) algunos ejemplos de espaciado de caracteres realizados de manera correcta e incorrecto, a los que añadió algún comentario sobre los mismos:

La primera palabra la califica como «legible y atractiva» mientras que la segunda la tacha de ser «un montón de letras». A primera vista en este ejemplo el rigor de Tschichold puede parecernos excesivo pero si hemos aprendido a mirar con nuestro «ojo de tipógrafo» seguro que estamos de acuerdo con él.
La importancia de saber valorar el correcto espaciado de los caracteres, no solamente es vital a la hora de diseñar una tipografía sino también cuando componemos textos con ella, sobre todo en tamaños de titulares.

Si bien el espaciado de los caracteres es al final una cuestión de sensibilidad, no existe ninguna fórmula o procedimiento que nos garantize unos resultados óptimos de forma automática, si es posible fijar un «punto de partida» desde el cual conseguir unos mínimos que nos aporten un nivel de calidad aceptable.

De la literatura, poca, existente sobre cuestiones técnicas referentes al diseño de tipografías el texto clásico sobre espaciado se encuentra en el libro del diseñador tipográfico y director del departamento de diseño de Linotype durante 30 años Walter Tracy, titulado Letters of credit, a view of type design publicado en 1986.

En este libro Tracy dedica un capítulo para mostrarnos el método utilizado en Linotype para dotar de espacios laterales o «prosas» a los caracteres; como hemos comentado se trata de un paso inicial importante pero debemos tener cuidado de aplicarlo de forma mecánica en nuestras creaciones ya que, dependiendo de las características de cada tipografía, los resultados pueden no ser los esperados.

Es aconsejable, por lo tanto, después de aplicar este método dedicar el tiempo necesario a comprobar que ópticamente los caracteres «funcionan» bien.

El método

El principio del «vaso de agua» nos ilustra sobre el objetivo a conseguir en un buen espaciado: imagina que tienes un vaso lleno de agua y que el contenido del mismo lo puedes verter en el espacio existente entre las letras y dentro de los espacios internos de éstas; pues bien, tenemos que conseguir que la misma cantidad de agua que llena el espacio entre las letras sea la que utilizamos también para llenar los espacios internos; debemos intentar que ambos espacios acogan un volumen de agua similar.

En definitiva, estamos igualando los espacios internos y externos y esta es la regla de oro para una buena composición tipográfica y la clave para entender como «funciona» la tipografía.

Espaciando las capitales

Vamos a comenzar espaciando las letras capitales; para ello vamos a utilizar dos caracteres (la H y la O) que por sus anatomías de rectas y curvas nos van a proporcionar unos espacios que nos servirán para la mayoría de las letras.
Componemos varias líneas con diferentes espaciados de la letra H y debemos seleccionar el que nos parezca más equilibrado:

En este caso hemos seleccionado la cuarta línea; a continuación hacemos lo mismo con la letra O.

Y seleccionamos la que nos parece más equilibrada; una vez que tenemos los espacios de ambas letras, componemos una línea con ellas jugando con el espaciado hasta que encontramos el que más nos convenza.

Una vez que tenemos establecida la «prosa» izquierda de la H, ésta nos sirve también para las de las siguientes letras: B D E F I K L P R y U

La «prosa» derecha de la H nos sirve para: la I J y M

Walter Tracy aconseja que ambas «prosas» de la letra N deben de ser un poco más estrechas que las de la H así como la izquierda de la M y la derecha de la G y la U.

Las «prosas» de la Z serán, más o menos, la mitad de las de la H así también se procederá con las «prosas» derechas de la B C E y F.

La «prosa» izquierda asignada a la O nos sirve par ambas de la Q, así como para la izquierda de la C y la G y la derecha de D y P.

Las letras A T V W X e Y son las que deberán tener ambas «prosas» más pequeñas así como la izquierda de la J y la derecha de K L R.

La letra S la espaciaremos sin referencias, procediendo a incluirla entre la H y la O hasta encontrar su mejor ajuste.

Y a continuación vemos el resultado final:

Fijaros en el espacio entre la G y la H y entre la H y la I; indudablemente no son perfectos y como he comentado anteriormente habra que refinarlos, pero no cabe duda de que este método es un punto de partida muy interesante.

Espaciando la caja baja

Los caracteres de caja baja vamos a espaciarlos de la misma forma que los de caja alta, esto es, utilizando también los caracteres de control «n» y «o»

Primero elegimos la serie de la letra «n» que más nos guste; a continuación haremos lo mismo con la letra «o»,

para finalizar con una serie de las dos letras en la que tenemos que tener en cuenta que la «n» no es simétrica por lo que la «prosa» izquierda es más ancha que la derecha (el hombro de la «n» aporta una mayor cantida de espacio blanco que el asta recta).

La letra «m» debe de tener las mismas prosas que la «n»; la «prosa» izquierda de la «n» también nos sirve para la misma «prosa» de las letras «r» «b» «j» y «u», y las «prosas» derechas de las letras «h» y «u» serán asimismo las correspondientes de la «n».

La «prosa» izquierda de las letras «h» «i» «k» «l» y «p» serán un poco más anchas que la «prosa» izquierda de la «n» (más o menos un 10 por ciento, pero recordar que depende del diseño de la tipografía)

La «prosa» derecha de las letras «d» «i» «j» «l» y «q» se corresponden con la «prosa» izquierda de la «n». Ten en cuenta que la letra «j» rara vez presenta un remate en su lado derecho por lo que cuando establezcas su «prosa» dale un poco más de espacio (como si no tuvieras en cuenta el remate de la «n»).

La «prosa» izquierda de la «o» te sirve para las «prosas» izquierdas de las letras «c» «d» «e» y «q»,

asimismo las «prosas» derechas de las letras «b» y «p» son las de la «prosa» derecha de la «o» y la «prosa» derecha de la «c» y la «e» deben de ser algo más anchas (otra vez un cinco o diez por ciento)

Ambas «prosas» de las letras «v» «w» «x» e «y» serán lo más pequeñas posibles, así como las «prosas» derechas de la «k» y la «r».

Las letras «a» «f» «g» «s» «t» y «z» deberán ser espaciadas a «ojo», poniéndolas entre los caracteres de control y ajustando el espacio que creamos más adecuado

Y a continuación podéis ver el resultado final; quizás, para mi gusto el espaciado final es un poco «apretado» sobre todo teniendo en cuenta las amplias contraformas de los caracteres, pero ya os dijo que esto no es más que un primer paso y que a continuación debemos poner a funcionar nuestro «ojo de tipógrafo».

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