El kerning y el idioma español

Quizás producto del dominio total alrededor del mundo del inglés sobre todos los idiomas o simplemente por desconocimiento, los hispanohablantes sin darnos cuenta utilizamos frecuentemente fuentes que no están preparadas o que no han sido pensadas para utilizar en nuestro idioma. Ésto no quiere decir que no podamos utilizarlas, nada mas lejano de la realidad; de hecho nuestro idioma posee la misma cantidad de caracteres que el idioma inglés mas algunos «signos especiales» que todas las fuentes poseen. Pero una fuente no termina allí, simplemente en el diseño de cada uno de sus signos, sino que también debe ser concebida para funcionar de la mejor manera posible y facilitarle la vida al diseñador y no complicarsela al lector. Y para ésto (fundamentalmente para facilitarle la vida al lector) existe algo que los diseñadores escuchamos con cierta frecuencia: «Ritmo Tipográfico», y otras veces también escuchamos «Color Tipográfico». No es mi intención explayarme sobre «Ritmo Tipográfico», podremos encontrar amplio material sobre ello, pero sí me resulta interesante y en cierta medida novedoso el tema «Kerning en el español» y de hecho tiene una fuerte ligadura con el mencionado «Ritmo Tipográfico». Para comenzar, es bueno aclarar que «Kerning» NO es «Tracking». Debemos saber separar las aguas, ya que muchas de las aplicaciones con las cuales trabajamos diariamente pueden intentar mezclarlas.

El Kerning se utiliza o mejor dicho se define por medio de pares, o en algunos casos trios de caracteres y están incluidos dentro de los archivos que componen una fuente; mientras que el ajuste de Tracking se aplica sin restricciones de cantidad de signos e incluso para los mismos signos, en la misma fuente, se pueden utilizar valores diferentes y que son totalmente independiente de los archivos que componen a la fuente. Debemos comprender que los pares o tríos de kerning son «excepciones» que se definen para prever problemas de «Ritmo Tipográfico». Éstas excepciones están elegidas por el diseñador en función de la combinación de dos variables: casos más críticos y usabilidad. Y ésta combinación de variables es la que nos juega en contra a los que diseñamos y leemos textos en español. Quizás la que más estragos cause es la de la usabilidad ya que, el español está compuesto por casi los mismos signos que el inglés, aunque la frecuencia de éstos difiere sobre manera, sobretodo la aparición mas frecuente por parte de las vocales, y obviamente la acentuación. Hasta aquí, la cosa parece compleja, pero la buena noticia es que tiene solución. A partir de ahora pasaré a la práctica, y veremos cómo se corrigen los problemas de kerning en fuentes que no fueron pensadas para el español.

Lo primero que deberíamos hacer es acceder a la tabla de kerning de la fuente en cuestión, para ésto existen varias maneras, pero para que nos hagamos una idea una tabla de kerning, como su nombre lo indica, es básicamente una tabla con dos columnas, la primera es aquella que define al par (o el trío), por ej.: «Yo» y la segunda es la que contiene el valor de ajuste.

¿Como acceder fácilmente a una tabla de kerning?

Para ello vamos a utilizar el programa QuarkXpress que supongo está presente en la mayoría de los ordenadores de las personas que nos dedicamos a la edición. En el menu «Utilidades» existe una opcion llamada «Editar tabla de kerning». A través de ésta, podemos modificar (ésto implicar crear también) pares de kerning de cualquier fuente que tengamos activada en el sistema. Una vez seleccionada la opción, en el cuadro de diálogo debemos seleccionar la fuente en cuestión y clickear en «Editar». En éste cuadro de diálogo podremos ver todos los pares de kerning definidos para la tipografía seleccionada y sus respectivos valores. Y haciendo click sobre cualquiera de ellos podremos ver ampliado el par. Esta herramienta es bastante limitada, sobre todo porque no brinda la posibilidad de zoom sobre el par, pero considero que es una buena opción, sencilla para introducirnos en ajustes de kerning. Una vez realizados los ajustes aquí, clickeando en «Ok» y en el otro cuadro de diálogo «Salvar» quedarán fijas las modificaciones realizadas.

Cabe destacar que cuando modificamos pares de kerning lo hacemos sobre el archivo de la fuente, esto quiere decir que los cambios actuarán en cualquier documento, en cualquier aplicación, que utilicemos la fuente. También las aplicaciones de digitalización de fuentes como Fontographer o FontLab nos permiten crear y/o modificar tablas de kerning.

¿Cómo darse cuenta si una tabla de kerning está pensada para el español?

Como he mencionado anteriormente, el inglés posee una gran similitud con el español en sus signos, pero ésto, no resuelve el tema. Es muy frecuente recorrer una tabla de kerning y ver como pares que incluyen vocales acentuadas y/o pares que incluyen la ñ (en ambos casos mayúsculas y minúsculas) brillan por su ausencia. Sin ir mas lejos, una prueba fiel de ésto es un ejercicio muy pero muy simple. Si escribimos el texto «Te» en la primer línea de una caja de texto y en la línea de abajo escribimos «Té» veremos que la «é» está más hacia la derecha que la «e», y ésto no es un problema de visualización, ni tan siquiera es un problema del ordenador; es ni más ni menos que un problema de kerning no previsto para el español. El ordenador no puede darse cuenta que una «é» en su estructura es muy similar a la «e» o que una «ñ» es similar a una «n», por ende son signos diferentes y si los pares no están incluídos en la tabla de kerning, el ordenador no hará ninguna excepción para ellos. Es aquí donde debería comenzar nuestro trabajo. Y una simple mirada rápida sobre la tabla de kerning (que podemos hacer fácilmente desde el Quark) nos indicará si debemos comenzar a trabajar o no.

¿ Cuáles son los pares que deberíamos preparar para el español?

Anteriormente mencioné quizás los casos más rápidos de encontrar, pero como sabemos además de los signos diferentes entre el español y el inglés, también la usabilidad es muy distinta. Debemos tener presente que una tabla de kerning no se confecciona con todas las combinaciones de signos posibles. Ésto sería imposible de soportar por los ordenadores. Por lo tanto a la hora de confeccionar la tabla deberemos remitirnos exlusivamente a los casos frecuentes, además, de nada serviría perder tiempo definiendo pares de kerning que nunca serán utilizados. Al abrir una tabla, hay casos que son evidentemente poco frecuentes para el español, como por ej. «Tw», pero otros que no tanto. Incluso los modismos que se utilizan en diferentes paises de habla hispana pueden variar la tabla de kerning. Por ejemplo, el español que se habla en España, difiere del que se habla en México, y éste del que se habla en Argentina, etc…

Una buena manera de definir la tabla de kerning es estudiar la frecuencia de pares en publicaciones de gran alcance del país donde estemos trabajando; para éste fin los periódicos nos pueden ser de muchisima ayuda, ya que éstos marcan de alguna manera la tendencia de lo que se escribe, o al menos de lo que se lee. Una vez estudiada y clasificada la frecuencia de los pares, ya estaremos listos para confeccionar la tabla, y lo único que deberíamos saber es cuántos pares es una cantidad aceptable.

Si bien podríamos hacer tablas de kerning de 700 pares, ésto no implica que sea funcional. Pero, si producto de una tabla demasiado extensa, perdemos velocidad en el ordenador, pierde total sentido de la funcionalidad. Pensemos que una tipografía es ni más ni menos que un «programa» de computación, dentro del cuál está incluída la tabla de kerning, y de nada serviría hacer «programas pesados» por pares de kerning que pocas veces seran usados. Una aceptable cantidad de pares que comunmente poseen las fuentes rondan entre los 120 y 150 pares, pero podríamos pensar en algo más para el español, ya que éste posee más signos.

Datos a tener en cuenta cuando trabajamos con tablas de kerning propias :

  1. Si modificamos la tabla de kerning de alguna tipografía, siempre es una buena opción guardar la tabla original.
  2. Cuando hacemos kerning en una tipografía, debemos hacerlo en todas sus variantes. Y ésto no implica mantener los mismos valores en todas las variables.
  3. Si enviamos trabajos a pre-impresión, por más que la fuente sea de las «conocidas», asegurarnos de llevar el archivo de nuestra tipografia y también exigir ser usado, ya que de no ser usado el mismo archivo puede ocasionar errores graves, sobretodo en publicaciones de mucho texto.

Hernán Ibañez
Diseñador gráfico